Si nos atenemos al significado etimológico de la palabra investigar (in vestigo: seguir la pista a algo), el proceso de búsqueda, selección, análisis e interpretación que se ha ido realizando en estos años en el marco del proyecto, constituye una fiel materialización práctica del término.
Investigar en el entorno digital es una apuesta novedosa y arriesgada que todos vamos haciendo desde hace, al menos, dos décadas. La historiografía ha ido utilizando recursos digitales a nivel básico y casi sin darse cuenta: desde la escritura en programas informáticos de procesamiento de textos, a la consulta en buscadores como google, la lectura de artículos online o la difusión de sus investigaciones en soportes digitales. Algunos más atrevidos y promotores de las denominadas Humanidades Digitales, han dado un paso más allá y han ido utilizando software especializado, elaborando bibliografías con gestores como Refworks, difundiendo su producción en plataformas como Research Gate o Academia.edu, e incluso creando páginas web o blogs donde exponer los resultados de sus investigaciones con un estilo nuevo, de lectura transmedia, y de aspecto completamente heterodoxo con la presentación tradicional en texto. Estas nuevas escrituras historiográficas están aún en desarrollo, y no sólo técnico, sino también en el camino de ser reconocidas como investigación seria y rigurosa, homologables a las que se realizan con fuentes tradicionales de archivo.
La desconfianza hacia la investigación con fuentes nacidas digitales es profunda. Es obvio que presenta una gran complejidad con motivo de la existencia de múltiples factores entre los que podríamos destacar: la falta de una formación teórica y metodológica en estas nuevas fuentes, la ausencia de un lugar centralizado donde encontrarlas, su potencial volatilidad o los riesgos de que los contenidos estén manipulados o sean falsos y, en consecuencia, el problema de la fiabilidad. Sin embargo, hemos considerado necesario afrontar esos riesgos y articular unas medidas para corregir estas limitaciones.
En lo que se refiere a la falta de formación, organizamos un seminario teórico-metodológico en el mes de enero de 2017, una sesión formativa en bases de datos y un seminario durante el curso 2017-2018 en técnicas de investigación digital (pueden verse en la pestaña Actividades de esta web). La apuesta por una formación continua es la base para adentrarse en la metodología digital.
En cuanto a la búsqueda de materiales digitales y a su selección, elaboramos una taxonomía con los conceptos vinculados a nuestro objeto de estudio –la amplia gama temática que incluye la Guerra Civil y el Franquismo-, y aplicamos estrategias de búsqueda utilizando términos específicos y términos combinados. Este vocabulario especializado se elaboró basándonos en nuestro conocimiento sobre el tema, además de la consulta a tesauros, listados de encabezamientos de materia y otras técnicas de la documentación. (Manuel Blázquez: Estrategias de búsqueda experta en Google, 2017). Los operadores de búsqueda en Google facilitaron la extracción de resultados.
A fin de evaluar su fiabilidad, comprobamos que tuvieran una url sujeta a los estándares de calidad (como la existencia de https://, el candado verde en la barra del navegador, la inclusión de datos identificativos, la organización de los contenidos siguiendo la estructura habitual, entre otros). En cuanto a la credibilidad de los contenidos, utilizamos varias técnicas, como observar que estuviera señalada la fuente de procedencia, constatar la presencia de hipervínculos que llevaran a otros lugares donde se pudieran comprobar los datos o hechos, o contrastar varios lugares virtuales.
En definitiva, se trata de procedimientos habituales en la metodología de la investigación historiográfica, en la que también es necesario proceder a la búsqueda de documentos en los archivos, su selección, la comprobación de su fiabilidad y credibilidad de los contenidos. En no pocas ocasiones la historiografía se ha encontrado con información manipulada, con falsedades en la diversa tipología documental o con ausencias graves que impiden la reconstrucción de los acontecimientos de nuestro pasado.
Aunque se está invirtiendo mucho tiempo en la fase descriptiva y no tanto interpretativa, la contribución que se está realizando al conocimiento de la representación digital de la Guerra civil y el Franquismo es relevante. Sobre todo, si aceptamos que es el entorno de Internet el más visitado por millones de usuarios que consultan, se informan y aprenden por esta nueva vía.
El investigador/a que se acerque a HISMEDI podrá encontrar: